
Observatorio de la atención en salud mental a la adolescencia
El Observatorio se propone la descripción actualizada de los servicios y dispositivos dedicados a la atención de adolescentes y jóvenes en el campo de la Salud Mental, incluyendo su vertiente tanto sanitaria como social.
El Objetivo del Observatorio es la elaboración y actualización continuada de un mapa de los servicios que contribuya al impulso de las buenas prácticas desde una perspectiva de Salud Mental Comunitaria[1][2], al conocimiento mutuo entre los mismos, a su mejor definición y trabajo coordinado y, en última instancia, a su evaluación.
En una primera fase el Observatorio se centrará en la atención que se ofrece desde el GSPC, para ir desplegando en sucesivas fases la descripción de los servicios provenientes de otras entidades que se ofrecen en las zonas y sectores en los que desarrollamos nuestras acciones, para ir ampliando paulatinamente el radio de nuestra observación.
El observatorio también se plantea la construcción de un archivo bibliográfico y de enlaces de interés que pueda contribuir a la formación, la investigación y la colaboración institucional en este campo.
[1] En este sentido la definición se circunscribe a la propuesta por la OMS sobre salud mental y a la específica sobre atención en SM en la adolescencia en el marco ADOCARE de la Comunidad europea.
[1] La OMS trabaja para mejorar la salud mental de las personas y de la sociedad en conjunto y ello incluye fomentar el bienestar mental, prevenir los trastornos mentales, proteger los derechos humanos y atender a las personas con trastornos mentales. La OMS define la SM: “… un estado de bienestar en el cual el individuo se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la vida, puede trabajar productiva y fructíferamente y es capaz de hacer una contribución a su comunidad” (OMS, 2001)
- La adolescencia es una etapa trascendental pues es cuando se produce el nacimiento del individuo a la sociedad. Algo que implica una nueva estructuración mental que será la base del sentimiento de identidad adulta.
- Una atención y un acompañamiento adecuados en esta etapa inciden en la prevención de múltiples problemas de SM y en la valoración de la contribución que los adolescentes aportan con su creatividad al incorporarse a la comunidad de adultos, desde una perspectiva de promoción de la salud.
- La existencia en el GSPC de múltiples servicios que tienen su foco de atención en la adolescencia, nos enfrenta al reto y nos brinda la posibilidad de construir una atención más útil, integral y mejor adaptada a las necesidades de cada adolescente en particular.
- El reto es estimular y aprovechar la cooperación entre los servicios para, respetando la especificidad de cada uno de ellos, aprovechar las posibilidades de complementación, aumentar la coherencia de las intervenciones, y definir necesidades de reorganización y/o innovación para mejorar la atención.
- Todo ello el contexto de la Redes de Salud y Servicios Sociales en las que estamos integrados, promoviendo una revalorización de una atención comunitaria, preventiva y promotora de salud en lo individual y en las relaciones entre personas.
La principal tarea en la adolescencia es la construcción de un sentimiento de identidad adulta suficientemente bueno.
La aceptación y el cuidado de los aspectos que todavía son infantiles, así como el reconocimiento y las oportunidades de verificación de las nuevas capacidades que van apareciendo son fundamentales.
Dificultades importantes en esta área pueden ser la raíz de los trastornos más graves en el ámbito de la salud mental, así como estar relacionadas con comportamientos transgresores que buscan disfuncionalmente sentir ser alguien.
La sexualidad adulta implica asumir la responsabilidad de una capacidad que abre nuevas posibilidades de comunicación, placer y fertilidad. Esta nueva capacidad genera también inquietudes tanto en los adolescentes como en sus entornos que son normales.
Cuando existen dificultades en el desarrollo general, la sexualidad se puede utilizar de forma defensiva.
El crecimiento en la adolescencia no se produce sin conflicto con su entorno. La integración de nuevos miembros en la sociedad genera una tensión entre la novedad, en ocasiones transgresora, que éstos pueden aportar y las tradiciones que pretenden conservarse. Un conflicto potencialmente creativo y que es la base del progreso cultural y social.
Atender adecuadamente el conflicto supone potenciar el diálogo, la mediación y la reparación como elementos potenciadores de la búsqueda de soluciones creativas.
El gradual desarrollo de la autonomía en la adolescencia conduce un proceso emancipatorio de la tutela parental o de sus figuras substitutivas. La confianza en uno o una misma y la existencia de oportunidades reales en la sociedad son fundamentales para apuntalar este proceso.
Las oportunidades de aprendizaje y formación son imprescindibles en esta etapa. El juego y la experimentación forman también parte del proceso, lejos de las intervenciones que se rigen por la falsa dicotomía entre éxito y el fracaso.
Ofrecer espacios de aprendizaje libre y significativo es un reto para el entorno del adolescente.
Las relaciones con sus iguales, la amistad, el inicio de las relaciones de pareja son esenciales para el desarrollo en la adolescencia. Ofrecen la posibilidad de poner a prueba nuevas capacidades de comunicación, y gradualmente irse conociendo mejor.
El aislamiento es un factor de riesgo para este desarrollo por lo que algunos adolescentes necesitarán la mediación de propuestas de actividades grupales para romperlo y atención especializada.
Como en cualquier etapa del desarrollo el sentimiento de seguridad es la base de un crecimiento saludable. La atención de las necesidades básicas debe estar suficientemente cubierta y el sentimiento de integridad y dignidad personal que proporcionan los derechos humanos y de ciudadanía ser respetado.
La manutención, la vivienda, los permisos de residencia y de trabajo son algunos de los derechos que no siempre son respetados y dificultan en extremo la maduración en la adolescencia.
La posibilidad de ilusionarse en un cierto proyecto de vida, de futuro, aparece cuando la esperanza y la confianza están lo suficientemente presentes.
Los entornos que acompañan la adolescencia deberían poder proveer ambas, máxime cuando el adolescente se encuentra con dificultades especiales psicológicas o sociales para poder ir construyendo su propio sentido a la vida.